Arrojo piedras al cielo y ninguna vuelve, raramente golpean contra mi cabeza y me pregunto qué tendré sobre la misma, quizás sea allí allá donde se guardan las esperanzas, en el cielo, esa, nuestra nube particular, donde nuestras palabras son cúmulos de sueños y nuestros suspiros las lágrimas de nuestra alma.
Porque el sueño de caminar sobre una nube solamente somos capaces de cumplirlo cuando dormimos, y cuando conseguimos soñar nos encanta tanto aquello que vivimos de el que no queremos despertar nunca, no es algo ponerlo en práctica pero no hay que olvidar nunca que por debajo de nuestros pies hay algo mas que nubes, dura tierra.
Ser conscientes de estar en la tierra ayuda a ser precavido con la vida y calcular las cosas, no hablo de una barrera en nuestros sentimientos, si no de ser realistas y saber que todo puede pasar en ésta vida.
Atalbeitar GR
Hace 6 años
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